349 días tuvimos que esperar para que la fiesta del fútbol español volviera a ser una realidad y pudiera por fin celebrarse la Final de Copa de la temporada 19-20, y 34 años tuvo que esperar la afición de la Real para ver a su equipo volver a ganar una Copa.
En Sevilla, en el Estadio de La Cartuja, se enfrentaron a puerta cerrada los equipos de Marcelino García Toral, el Athletic de Bilbao y de Imanol Alguacil, la Real Sociedad. Una Real Sociedad que sufrió a última hora la baja de unos de sus jugadores más importes: Asier Illaramendi.
La tensión por la final, la presión por ganar y el hecho de que fuera un derbi se notaba en las caras de todos los jugadores a sus llegada al estadio olímpico. Nerviosos, impacientes e ilusionados por igual. Solo faltó la afición para darle colorido a esta final inédita.
Una final que se decidió con un gol de penalti de Mikel Oyarzabal y que dió a la Real un nuevo título de Copa, su tercero en el palmarés de los de Alguacil.